Faltaba poco para el alba aunque ya estaba vestida y preparada para su paseo matutino junto a su fiel compañero de cuatro patas. Él ya hacía rato que la rondaba mientras ella se aseaba y vestía. Mientras calentaba el ultimo cuenco de leche que le quedaba, se dijo que cuando regresara tendría que ir a ver qué quería la anciana vaquera a cambio de su jarra de leche semanal, nunca le pedía lo mismo, incluso muchas veces se quedaba sin leche ya que la anciana era muy lista e intentaba tomarle el pelo abusando de su edad.
Salieron no sin antes haberle dado de comer a las gallinas -esas no perdonaban-, amarró bien la soga de la verja para que no se escapara ninguna y salió feliz hacia el bosque que rodeaba la pequeña aldea donde vivía.
Como cada día, cogió el viejo sendero que conducía a la catarata desde donde admiraba cada mañana, hacía más de 20 años, la salida del sol. Allí sentada o tendida, dependiendo de su ánimo, esperaba paciente tan maravilloso espectáculo, alguna que otra vez le había parecido que la piedra se amoldaba a su cuerpo, pero ella sabia que eran imaginaciones suyas.
Paseaba por el bosque pensando en sus cosas, su vida, y observaba como los pequeños animalillos se afanaban en buscar sustento. Las ardillas cargaban sus bellotas, las hormigas con algún que otro esqueleto de insecto más pequeño y los pajarillos portaban en sus picos unos gusanitos para sus polluelos, otros ramitas para sus nidos.
Su fiel compañero siempre iba delante pero sin perderla de vista, pues sabía perfectamente hacia donde se dirigían.
Aquella mañana entre sonrisa y sonrisa se paró en un cruce del camino y se dijo a sí misma "que raro, juraría que este sendero no estaba aquí ayer", ¿Me habré confundido? pensó.
Después de pensarlo supo con seguridad que no había ningún sendero en ese cruce ni ayer ni ningún día, y, por ello, decidió tomar durante un rato ese nuevo sendero para ver donde llevaba,
Y así lo hizo, anduvo durante un tiempo percatándose de que no había ninguna diferencia con el otro, siguió durante un tiempo, se sintió cansada y se sentó debajo de un árbol. En ese momento, su guardián empezó a ladrar y a menear el rabo, por lo que decidió acercarse y ver qué era aquello que le divertía tanto. Acto seguido se quedó perpleja, ¡una casa!, una casa cubierta de hiedra. No sabía que hubiera nadie más en el bosque aunque también desconocía este sendero,así que se acercó, miró por la ventana y vio la chimenea encendida. No sabía qué hacer pero al final la curiosidad le pudo y llamó a la puerta. Nadie contestó. Llamó una segunda vez, más fuerte si cabe y, esta vez sí, la puerta se abrió sola.
Entró y se quedó maravillada. Era preciosa y muy acogedora, en la esquina más alejada de la luz había una mujer sentada en su mecedora. la mujer ni la miró por lo que decidió marcharse sin hacer ruido para no molestar pero, en ese preciso instante, el perro entró de estampida y se lanzó sobre la mujer llenándola de lametones mientras su cola parecía un molinillo. La joven lo llamó pero la mujer de la mecedora comenzó a hablar:
- "No te preocupes, me encantan los animales, le dijo, ¿Cómo te llamas?, yo soy Conchi y esta es mi casa".
- "María, me llamo María y este es Ron, es muy juguetón y cariñoso pero no te preocupes, ya nos vamos, no queremos molestar, llamé pero..."
- "Yo tenía una preciosa hurón, me hacía compañía y también era muy divertida como Ron, no te vayas, quédate a comer si quieres, tengo de sobra en el puchero".
María, que no se había percatado del utensilio, lo miró con los ojos muy abiertos, ¡era un puchero de bruja !. La mujer, la miró divertida y le dijo:
- "Sí, soy bruja pero no soy la típica bruja mala que cuentan las historias, simplemente me dedico a recolectar hierbas del bosque para hacer ungüentos y brebajes para curar, puedes estar tranquila, no te voy a meter en el horno".
Conchi, con una amable sonrisa, destapó su caldero y mostró las dos magnificas flores de alcachofa que se estaban cocinando, María, al verlas, decidió al momento que la acompañaría y así, como si fuera un cuento, las dos disfrutaron de la comida y del calor del hogar que producían las brasas.
Desde ese momento, María fue a ver a Conchi en incontables ocasiones ya que, la mujer, además de ser buena con la olla y los ungüentos, era una excelente contadora de historias. Le contó todas las aventuras que, como bruja, había vivido a lo largo de su vida compartiendo, a su vez, un montón de recetas (incluida la de las alcachofas que tanto gustó a María).
A partir de ahí, se forjó una bonita amistad que hizo de María y Conchi fuese unas de las más famosas cocineras de su época, no por lo innovador de los ingredientes que utilizaban, sino por lo ricas que les salían las recetas. Hoy por hoy aún no sabemos si ese sabor se debe a los "mágicos"secretos que Conchi compartió con María, lo que sí que sabemos es que sus recetas han perdurado a lo largo de los siglos y eso...por algo será.
Fuente: www.recreoviral.com
Ingredientes por persona:
- 1 alcachofa.
- 2 dientes de ajo.
- Pimentón de vera.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal.
- Lavar y secar bien las alcachofas, cortar el rabo para que se mantengan plantadas y retirar las hojas más exteriores.
- Una vez preparadas las golpeamos contra el banco de la cocina por la parte de las hojas para que se abra un poco.
- Por la abertura que se ha hecho al golpearlas, introducir un diente de ajo pelado y sal.
- Ponemos una cacerola al fuego con las alcachofas dentro y llenamos hasta cubrirlas (en mi caso como la siguiente cacerola era muy grande y tenía que gastar demasiado aceite, no las llegué a cubrir como vemos en las fotos), le ponemos unos ajos más sueltos.
- Poner al fuego, en vitrocerámica del 1 al 9, la puse al 4, el aceite no debe hervir durante 3/4 de hora y darles la vuelta y tenerlas 1/2 hora mas para que se hagan las puntas.
- Sacar y dejar escurrir sobre papel absorbente, las alcachofas se irán abriendo poco a poco.
- Las salamos un poco y las espolvoreamos con pimentón de vera.
* En el caso de que se hagan cubiertas de aceite, tenerlas 1 hora.
* No les he quitado las puntas para que quedara en forma de flor, así se comen, cogiendo hoja a hoja como si fueran al horno.
Esta receta la hemos cocinado juntas El Puchero de la Bruja y Hogar y Brasas.
!Espero que os guste!.
No se que decirte, me has dejado sin palabras, ahora mismo solo tengo lagrimas en los ojos, gracias, eres una de las mejores personas que conozco. AAAAAHHHH, la receta maravillosa como siempre.
ResponderEliminarMuchos besos
No seas tonta, sabes xq lo he hecho, me alegra que te guste pero no me llores que la quito.
EliminarAAAAhhh y gracias por la receta.
Un besazo.
Ohhh!! Qué bonita queda en el plato!! Y la receta es estupenda.
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias Pepi, en casa les daba pena comerla jeje.
EliminarUn besazo
HOLA NO CONOCIA ESTA RECETA TAN BELLA Y DELICIOSA, SOY VENEZOLANA GRACIAS
ResponderEliminarUn saludo María, me alegra que te guste, ahora ya la conoces.
EliminarGracias por la visita.
Un beso
Bonito relato a modo de cuento, me ha encantado como enlazas los personajes y la receta, es de lo más original y deliciosa, engrandecida con unas fotos estupendas de esta verdura que tanto me gusta, ¡tela marinera!
ResponderEliminarUn abrazo y feliz semana
Muchas gracias Jose Manuel, tela marinera!! jeje.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Un abrazo
Merche, menudo recetan te dió la bruja, jejejeje... ¡Espectacular! Desde que la he visto hace un rato en Instagram, me he quedado prendada de ella, es una delicia, a mí me encantan las hojas de las alcachofas, es un bocado exquisito, y aunque a algunos les resulte tedioso, eso de chupar y no sacar casi nada, yo les aseguro que no es cierto, porque en cada hoja hay un pequeño bocado delicioso, difícil de comparar a nada.
ResponderEliminarMe ha gustado tu relato, y con esa imagen, lo haces tan real, que hasta yo me he introducido en la historia como si fuera uno de los personajes, (pero no la bruja por cierto, jajajaja...)
Besos y que tengas una feliz tarde.
No, tu la bruja no jejeje, aunque es buena que conste.
EliminarMe pasa igual con las alcachofas, no me importa para nada ir hoja a hoja, es más me encanta, cuando llegas al final y te comes su interior es lo más.
Un besazo preciosa
Que rico y que bonito plato!!besos
ResponderEliminarMuchas gracias Dezazu, me alegra que te guste.
EliminarBss
Hola Merche: que bonito y dulce relato y las alcachofas preciosas y ricas. Desde luego eres toda una artista. Besos , guapa.
ResponderEliminarMe alegra que te guste y si, muy ricas las alcachofas.
EliminarUn besote
Artistaza que eres una artistaza. Que bonito!!!!!!Tengo que decirte que yo soy de las que cuando ve un relato largo en un post , no lo leo entero porque siempre voy con prisas, pero en este caso y en todos los tuyos, me lo leo hasta el final porque no me puedo quedar a medias, me enganchas es tan bonito como lo cuentas. Ah y de la flor de alcachofa quev quieres que te diga, una obra de arte. Espero impaciente el próximo. Besitos
ResponderEliminarjejeje, pues yo Catina no, los leo todos, me gusta, cada uno a nuestra manera expresamos lo que sentimos, prefiero leer 2 y bien que 6 y rápido, te pierdes la esencia, por eso no llego a todo jejeje.
EliminarMe alegra que te guste.
Un besazo
Me ha pasado como ha Catina. Mira si me lo he leído todo que hasta los comentarios me he zampado y hablando de comer, que ricas tienen que estar estas alcachofas, deliciosas es poco y además preciosas.
ResponderEliminarUn besito y feliz semana.
Pues te contesto lo mismo que a Catina jejeje, aunque a los comentarios no llego.
EliminarUn besazo y muchas gracias
Ah, entonces es que la bruja existe de verdad! Pues menuda receta os habéis marcado más buena y original. No te digo más que estoy deseando ver las que siguen, seguro que ese puchero nos va a sorprender.
ResponderEliminarUn beso.
Ha sido una nada más, ere un momento especial, pero brujas hay muchas, haberla haylas.
EliminarUn besazo
Solo puedo decirte que maravillada me has dejado con esta entrada. No solo tienen que estar deliciosas que además viendo lo bonitas que quedan aún entran más ganas de echarles el diente, hija mía.
ResponderEliminarBesazosss
Gracias Merchi, es una receta de lo más sencillo y muy resultona, no tiene misterio.
EliminarUn besazo y muchas gracias.
Un bonito cuento para enlazar con una receta que no conocía, si el cuento es bello la alcachofa es reciosa, si da pena comerla!! un beso
ResponderEliminarElisa cielo, es como hervida pero en aceite, no hay más, es super sencilla, ya lo ves.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Un besazo
Hola guapísima !!!
ResponderEliminarDesde luego Merche, te aseguro que la primera imagen creía que era una flor y para ser más exactos, un nenúfar. Es una preciosidad de entrada, todo todo todo me ha encantado: el relato cuentista con el que nos has ido llevando hasta esta maravilla de receta y la originalidad de la misma, que no conocía.
La alcachofa tiene un sabor maravilloso, y aunque hay que eliminar hojas, las que quedan, le alegran el paladar al más pintado. Las tuyas alegran el día entero, madre mía qué maravilla te quedó.
Besotes gordos mi niña, feliz semana.
Me alegra que te haya gustado todo Nuria hasta mi relato cuentista jeje, si la alcachofa tiene ese inconveniente, pero cuando llegas al final tiene premio.
EliminarMuchas gracias por todo.
Un besazo
Queda preciosa!! tomo nota :)
ResponderEliminarMerche, te conozco de hace poco y hoy, vengo y sólo con ver la flor de alcachofa, ya me has conquistado. Me gusta mucho y es una receta sencilla, de las que me gustan.
ResponderEliminarLuego, me regalas un relato y a mí, también me gustan las recetas con relato, pero me parece que éste, va más allá por lo que he visto.
Un beset
Hola Merche. Pues como yo soy de los que leen todo lo que se publica puedes suponer que he leído de cabo a rabo tu relato y me ha gustado.
ResponderEliminarEn cuanto a tu flor de alcachofa decirte que no hace mucho publiqué una entrada casi con idéntico nombre ya que la titulé alcachofa en flor jj. El procedimiento es el mismo salvo que tu le echas pimentón. Así no las he probado pero no dudo de que debe estar muy rica. Para otra vez la haré así ya que el sabor del pimentón me encanta.
Un abrazo.
Preciosa la introducción, preciosas las fotografías, insuperable la receta!!! Me ha encantado, todo me ha encantado. Bss
ResponderEliminarhola guapisima una entrada preciosa y la receta me encanta yo también ando muy liada con el trabajo es lo que tiene trabajar de cocinera en un bar me deja muy poquito tiempo para el blog pero os sigo leyendo y viendo por facebook aunque me gustaría tener mas tiempo para comentaros a todas un besito
ResponderEliminarPrecioso post y preciosa receta!! Ha quedado espléndida!! Quería comer alcachofas y este receta me parece genial!!! Muy bonita y seguro que rica. Simple y sencilla. Me la llevo. Muchas gracias. Besitos
ResponderEliminarQue receta más espectacular Merche, empezando con el relato que me parece precioso y acabando con la alcachofa, me encanta la alcachofa y nunca la he cocinado de esa manera, desde luego que me llevo la receta, además el espectáculo cuando la presentes en la mesa será de escándalo, ja,ja.
ResponderEliminarUn besito enorme y feliz semana.
hola!! el relato es precioso, que bonito ;) y la receta es una pasada entre lo hermosa que queda y lo buena que es, ha quedado muy muy bonita, y hecha con mucho #love, un beso!
ResponderEliminarque preciosidad de receta y que rica me parece, me quedo con la idea.
ResponderEliminarbesos crisylaura